martes, 20 de abril de 2010

Inteligencia Exitosa, Estados de Fluidez y Pensamiento Crítico

Julio César Penagos Corzo
Departamento de Psicología

Universidad de las Américas Puebla


En general, cuando hablamos de inteligencia, hablamos de capacidades adaptativas. En alguna medida, esta visión es compartida por los no expertos en el estudio de la inteligencia. La visión popular de "alguien inteligente" normalmente hace referencia a alguien que es hábil para resolver problemas. La mayor parte de estas habilidades de resolución de problemas son de tipo lógico matemático y, a veces, verbal. Aunque también es cierto, por lo menos en México, que se dice que alguien es listo porque se "sale con la suya" y frecuentemente este "salirse con la suya" implica habilidad en el campo social.

No conozco una prueba de inteligencia convencional que mida esto último, y sin embargo, es muy probable que, en efecto, sí exista un buen nivel de inteligencia en esa persona "lista".

En la investigación científica de la inteligencia se han dado malos pasos y frecuentemente se han usado premisas poco claras. Sin lugar a dudas, parte del error está en los propios instrumentos de medición de la variable en cuestión.

Para poner un ejemplo de porqué digo malos pasos, citaré una pregunta que hago a mis estudiantes en mi clase de Pensamiento y Lenguaje, cuando me llega el turno de acabar a diestra y siniestra a los tests de inteligencia: ¿Para qué sirve una cama?, pregunto. Alguien dirá para dormir, alguno se pondrá creativo y dirá para dibujar, otro dirá para brincar, alguno esbozará alguna sonrisa y dirá que para co...mer, y quizá alguno diga que para acostarse. Bueno, la cuestión es que en un conocido instrumento que afirma medir la inteligencia viene esa pregunta y da 2 puntos si el que responde dice para acostarse, 1 punto para dormir o equivalentes, y si de plano la respuesta estuvo muy "creativa" pues cero puntos. La lógica de quienes desarrollaron el instrumento, que por supuesto contiene otros reactivos mejor logrados, es que acostarse es una clasificación más general que involucra a las otras opciones como dormir, leer, descansar, etc. Generalmente concluyo, que, sin lugar a dudas, esto demuestra que las respuestas en realidad dependen de la experiencia en la cama. Lo que generalmente produce risas, pero también reflexión sobre la utilidad de estos instrumentos y el sesgo cultural implícito.

La inteligencia no tiene que ver con lo que se haga en una cama -bueno, a veces sí-. ¿Qué es la inteligencia? Cito textual "Inteligencia es definida en términos de la habilidad para alcanzar el éxito en la vida en términos de los estándares individuales, dentro de un contexto sociocultural" (Sternberg, 2003)...

Esta definición es en el contexto de una nueva aproximación al estudio de la inteligencia planteada por Robert Sternberg. Este autor, inicialmente sugirió una teoría triádica de la inteligencia. En ella planteaba que la ésta podía ser estudiada considerando tres inteligencias: a) Inteligencia componencial, b) inteligencia experiencial y c) inteligencia contextual.

Quizá en un exceso de resumen e interpretación podría decirse, de acuerdo al enfoque anterior, que la inteligencia debería ser vista a la luz del contexto en dónde ocurría, en función de las habilidades de la persona y de las capacidades de procesamiento de la información. Si fuera cierta mi interpretación, la consecuencia natural sería una definición como la que planteaba hace un momento que está dentro de lo que actualmente llama Sternberg, inteligencia exitosa.

La Inteligencia Exitosa es una especie de efecto, evolución, aplicación o adaptación de la Teoría Triádica de la Inteligencia, propuesta por Robert Sternberg. Un visión que comparte un sentido altamente adaptativo.

El sentido adaptativo o bien, en el caso que nos ocupa, la habilidad para alcanzar el éxito puede existir en tres dominios: En el trabajo analítico, en el trabajo creativo o en el trabajo práctico.

De acuerdo con Sternberg, es posible identificar tres formas o diferentes manifestaciones de la inteligencia. a) La inteligencia analítica que permite el comparar, contrastar, juzgar, evaluar y analizar. b) La inteligencia creativa que está en el proceso de descubrir, inventar, imaginar, suponer. c) La inteligencia práctica que es equivalente a usar, aprovechar, aplicar.


Inteligencia Analítica

Es, en alguna medida la capacidad que nos ayuda a solucionar problemas. En este sentido se plantean 6 fases que suceden cuando alguien ejercita la inteligencia analítica:

1) Reconocimiento del problema. 2) Definición del problema. 3) Formulación de una estrategia de solución del problema. 4) Representación de la información. 5) Asignación de recursos. 6) Control y evaluación.

Reconocer un problema, se traduce en no esperar que los problemas nos rebasen y reconocer su existencia cuando aún se está en posibilidad de tener control para dar comienzo al proceso de resolución. Reconocer es fundamental en el proceso de solución. Para resolver hay que reconocer y aquí no se requiere mayor ciencia. Sabemos que se tiene un problema por que las cosas no funcionan como debieran, o las técnicas que producían un conjunto de resultados ahora producen otros menos adecuados, o bien algunas capacidades decaen o no resultan eficientes. Si estamos alerta a esto, entonces no necesitaremos esperar que los problemas nos golpeen la cabeza.

La segunda fase en un proceso de análisis es la definición del problema. Se sabe, que a mayor tiempo en clarificar con exactitud el problema, menor será el tiempo para resolverlo y mejor la calidad de la respuesta. El actuar sin precipitación es una actitud que nuestra socio-cultura necesita potenciar; es muy importante en la identificación del problema y también lo es en la formulación de estrategias de solución. Un formulación cuidadosa de la estrategia, centrada en una planificación a largo plazo resultará más poderosa que la búsqueda de la gratificación inmediata con pensamientos orientados al corto plazo. Si bien esto parece obvio la pregunta es ¿Estamos proporcionando experiencias de aprendizaje que conduzcan a nuestros estudiantes a ser mejores pensadores, que detengan las soluciones inmediatas en beneficio de soluciones que aunque más lejanas más garantizan un mejor futuro?

Por supuesto que no sólo necesitamos hacer que nuestros estudiantes sean planificadores capaces y eficientes, sino que tengan una excelente capacidad simbólica que les permita representar la información. Representar correctamente la información da la posibilidad real de resolver problemas, da el tipo de solución final. Por ello es necesario detenernos en el proceso educativo y atender las formas y procedimientos que realiza el estudiante al resolver un problema, para que en este atender podamos ayudarle a que represente lo más cuidadosamente posible la información acerca de un problema y se centre en utilizar efectivamente esa información.

¿Qué hace que unas personas sean más productivas con la información que poseen qué otras? La asignación de recursos. Esto es, decidir qué cantidades van en qué medida, en función del contexto, en función de la tarea, y en función de uno mismo. Tal asignación de recursos, intelectuales, de conducta o emocionales considera los riesgos, las recompensas, los beneficios en el corto y largo plazo.

Saber de qué recursos se dispone y cómo asignarlos requiere de procesos de control y evaluación. Estos procesos pueden considerarse como formas de registro de nuestra huella cognitiva y como formas de monitoreo del rendimiento intelectual. Independientemente de la certeza de éxito de las personas con inteligencia exitosa, una cosa parece cierta: el control y la evaluación de las decisiones. Esto permite la corrección de errores y decisiones mejor razonadas. Es probable que este control otorgue cierta garantía en la diferenciación de medios y fines al resolver un problema, en saber avanzar con mejor certeza y, así mismo, retroceder cuando es necesario, permite también generar, comprobar, generar.

Hablar de generar, conduce a hablar de creatividad . La inteligencias exitosa, además de se ser analítica y quizá de ser más en algunas personas, también es una inteligencia creativa. Hallar buenos problemas, más que sólo resolverlos es quizá la tarea más definitoria de la inteligencia creativa.


Inteligencia Creativa

La inteligencia creativa, encuentra, inventa, descubre, crea, genera ideas que son nuevas y son valiosas. Esto es parte importante de la definición de la creatividad: la novedad u originalidad y la valía, que es bastante social, o para algunos solo social.

La creatividad la he definido como la generación de procesos de información, productos o conductas relevantes para una situación de destreza o conocimiento insuficiente.

Pero lo más importante aquí no es la creatividad en sí, sino el ser creativo. Por supuesto, como bien dice Mihaly Csickszentmihalyi, la creatividad está en la interacción de las transformaciones que una persona hace, en un ámbito y que un grupo social (campo) evalúa como creativas. No es posible negar tal interacción de elementos y no lo hacemos, lo que en este momento deseamos, es poner el énfasis momentáneo en el ser que hace las transformaciones, en la persona creativa.

Una persona creativa es una persona que desafía. La persona creativa observa lo nuevo y lo valioso en un mundo que otros no observan igual. Esta emancipación de la realidad, es quizá vista por otros como una afrenta, como una oposición al orden establecido... Los creativos desafían este orden, por eso van adelante. Los creativos cuestionan los supuestos y estimulan a otros a hacer lo mismo.

Sternberg, considera que las personas con inteligencia exitosa - creativa buscan modelos y finamente se convierten ellos mismos en tales. En esta tarea pueden cometer errores, y quizá esto marca otra característica, el permitirse el error y permitir a los demás, no en el afán de la mediocridad, sino del atreverse, de la flexibilidad, del entrarle. Por ello, no es raro que Sternberg diga que las personas creativas, con inteligencia exitosa, asumen riesgos sensatos... y no sólo eso, estimulan a otros a asumirlo.

Voy a hacer aquí un llamamiento en forma de pregunta ¿nuestras formas de facilitación de experiencias de aprendizaje están promoviendo esto o están promoviendo lo contrario? ¿Tenemos una Institución que fomente el asumir retos, atreverse, ser flexibles, cuestionar? Una intachable y buena dedicación para que el estudiante llegue al conocimiento que el profesor tiene puede parecer loable, pero ¿y luego? o más aún ¿cómo llegó a ese conocimiento el estudiante? El cómo puede ser tan "perverso" que quizá el estudiante puede llegar a "tener" el conocimiento por miedo, por no atreverse, evitando la flexibilidad, complaciendo a la autoridad -y la complacencia puede ser un camino fácil a la corrupción-. Si ese fue el camino, más valdría no haber estudiado o por lo menos no haber estado literalmente en manos de tan sabio profesor. Te propongo entonces un sentido más positivo, sugiere experiencias de aprendizaje, que permitan afrontar retos, atreverse, ser flexibles. De esta manera entonces quizá el conocimiento se vuelva emancipatorio. De esta manera quizá podamos facilitar el desarrollo de un pensamiento crítico que permita buscar el conocimiento de manera más flexible, más allá de la clase, genero o nacionalidad, en una cultura de la diversidad y por lo humano como sugiere Nussbaum.

Si sabemos cómo son los creativos quizá podamos facilitar a nuestros estudiantes experiencias que les permitan potenciar su creatividad. Sternberg sugiere que las personas creativas, con inteligencia exitosa, buscan para sí mismas y para los demás tareas que permitan la creatividad. Pareciera que fuera creatividad por creatividad misma, lo cual no es mala idea. Después de todo decimos que algo es creativo cuando es algo nuevo y útil.

El creativo, en el camino de la búsqueda de la creatividad, define y redefine activamente los problemas. Tal actividad de definición - redefinición, requiere que se tolere la ambigüedad en el proceso y si bien es incómoda, también es un aliciente para encontrar respuestas. Es una intención paradójica, se tolera la ambigüedad pero se intenta resolver a ésta. Nótese que dije resolver, no eliminar. Eliminar puede traducirse, a veces, como taparse los ojos. Me parece que esto es importante en el proceso de aprendizaje y frecuentemente lo olvidamos. Recientemente en un curso citaba a Rescorla y Wagner diciendo que sólo se aprende cuándo algo contradice tus expectativas.

Pero es probablemente la tenacidad lo que permite que el creativo sea creativo: las horas de trabajo intenso, el comprender los obstáculos y probar alternativas una y otra vez. Tenacidad no es testarudez, tenacidad es convicción, endereza, disciplina, fuerza. Tenacidad implica capacidades adaptativas. Adaptarse proactivamente para ser un buen ciudadano del mundo, para retomar la expresión de ciudadanía de Nussbaum. Adaptarse con el mundo es comunicarse con él… la creatividad es tao y no lo es. La creatividad es una forma de adaptación que también es la mejor expresión de la inteligencia práctica, esa forma de ser inteligente que se caracteriza por el usar, aprovechar, aplicar.

Este aplicar, este aprovechar, no es más que una manera de narrar nuestras vidas, de construir el mundo cómo lo queremos, de construir, cultivar nuestra humanidad (Nussbaum, nuevamente). ¿cuándo decidimos emprender acciones que nos permitan este cultivo de la humanidad? ¿qué situaciones permiten esto? Fluidez, es una respuesta.


Estados de fluidez

La teoría de flujo propuesta por Mihaly Csikszentmihalyi establece, entre otras cosas, una relación entre las propias habilidades y el desafío de la tarea, que puede conducir a un estado que Csikszentmihalyi llama flujo, un estado que podría llamarse también plenitud. Tal vez podemos afirmar que en tales casos aparece un desafío importante que pone nuestras capacidades al máximo, al entrar en juego nuestras habilidades tomamos cierto control de la situación y la ansiedad desaparece para finalmente entrar en un estado de fluidez.


Como puede apreciarse, estar en nuestra mayor habilidad y con un desafío importante permite el estado de fluidez. Lo anterior resulta importante para potenciar el trabajo creativo. Sirve además para clarificar algunas concepciones en donde algunas personas afirman que sólo bajo situaciones de presión crean. Quizá, ese estado de ansiedad o de estrés o de presión, es en realidad un estado que luego conducirá a la activación y posteriormente a la creatividad. Tal vez podemos afirmar que en tales casos aparece un desafío importante que pone nuestras capacidades al máximo, al entrar en juego nuestras habilidades tomamos cierto control de la situación y la ansiedad desaparece para finalmente entrar en un estado de fluidez... quizá.

Aunque en general, se habla de el estado de fluidez en relación a estados que suceden en la persona, una posibilidad para los que trabajan en procesos creativos es no sólo estar en el estado, sino generarlo a los usuarios del producto o del servicio. ¿Generamos suficientes experiencias que faciliten aprendizajes en estados de fluidez?

Los estados de fluidez son propicios para niveles óptimos de procesamiento superior como el pensamiento crítico y la creatividad.


Pensamiento crítico y creatividad

El pensamiento crítico no puede suceder por decreto en nuestros estudiantes, el pensamiento critico es un proceso intelectual disciplinado, de conceptualización, aplicación, análisis, síntesis y/o evaluación de la información, realizado de manera activa y hábil; proveniente de la observación, experiencias, reflexión, razonamiento o comunicación, como guía para creer y actuar... Por ello no es un decreto es un proceso que requiere de ambientes estimulantes, de facilitadores experimentados, de compromiso.

Creatividad y fluidez son elementos que potencian el pensar críticamente. De ahí que sea importante incorporar a los procesos creativos dentro de programa que intenten mejorar las habilidades de pensamiento crítico. El pensamiento crítico requiere de la habilidad de identificar y cambiar prejuicios, de imaginar y explorar alternativas, de reconocer y usar diferentes paradigmas. En suma, requiere de fuertes dosis de procesos creativos en un marco de inteligencia exitosa.

La inclusión explícita de métodos que potencien a los procesos creativos, y metacognitivos, seguramente enriquecerían cualquier programa de desarrollo de habilidades de pensamiento. Aunque también habrá de plantearse para qué, sí, para qué desarrollar habilidades de pensamiento. Tal vez para ser más humanos, más libres. Para evitar que los señalamientos de alerta de Foucault, Lyotard y Derrida se confirmen: "las utopías y promesas de un mejor mundo o de una educación más democrática, esconden voluntades de poder que provocan guerras, campos de concentración, estados dictatoriales y prácticas educativas totalitarias".

Trabajar en torno al pensamiento crítico quizá también se convierta en un ejercicio de humanidad ante una vida moderna que "tiende a ahorrarnos el esfuerzo intelectual, como lo hace con el esfuerzo físico. Reemplaza -la vida moderna-, por ejemplo, la imaginación por las imágenes, el razonamiento por los símbolos y las escrituras por la mecánica; y a menudo por nada. Nos ofrece -la vida moderna- todas las facilidades, todos lo medios cortos para llegar a la meta sin haber recorrido el camino. Y esto es excelente; pero esto es bastante peligroso. Esto se combina a otras causas que no voy a enumerar para producir... una cierta disminución general de los valores y de los esfuerzos en el orden del espíritu" (Valery).

Por eso, un poco de pensamiento crítico, de creatividad y de observar como pensamos y cómo creamos nunca está de más para ser más libres, más humanos.

Ser capaces de formarnos intelectualmente en la disciplina, en la conceptualización, aplicación, análisis, síntesis y/o evaluación de la información. En realizar esto hábilmente. En emprender tales procesos intelectuales, a partir de la observación, experiencia, reflexión, razonamiento y comunicación, no dará una mejor guía de creer y actuar, nos proporcionará una Universidad de Inteligencia Exitosa, una comunidad que busca, crea, cultiva a la humanidad.

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