viernes, 20 de agosto de 2010

Cómo lidiar con las relaciones tóxicas

En la columna anterior mencioné que la razón más común para mantenerse en una relación tóxica es emocional, ya sea consciente o no.




El origen de estas razones emocionales generalmente se remonta a la infancia. Los niños tienen una gran necesidad de conexión con sus padres, tanto desde el punto vista físico como emocional. En una infancia ideal, el niño va evolucionando hacia una autonomía emocional que le permite formar relaciones sanas con el mundo exterior. La necesidad de conexión permanece, pero con límites saludables.



La necesidad de conexión suele distorsionarse cuando existe carencia o exceso en el hogar. Cuando un niño no puede satisfacer sus necesidades emocionales en el hogar, puede quedar con un anhelo exagerado de esta conexión. Como adultos, estas personas pueden aferrarse a una relación destructiva porque están tratando de suplir una carencia de la infancia.



Cuando un niño tiene exceso de atención en su infancia, puede crecer pensando que esto es lo normal, y exigir de sus parejas una atención excesiva, que suele redundar en un resentimiento de la pareja.



Los niños, por su naturaleza, necesitan amor y límites, de sus padres, y de los que intervienen a diaro en su crianza. Así pueden ir creciendo seguros de sí mismos, sabiéndose queridos, pero siendo responsables de sus acciones.



Cuando los demás ven a un ser querido en una relación perjudicial, por lo general le ofrecen consejos que suelen ser difíciles de seguir. La persona que está inmersa en ese tipo de relación le quita importancia a los problemas y cree que no tiene libertad para elegir. Estas personas, cuando se dan cuenta de la sitación, suelen ser sus críticos más severos. Es la labor del terapista guiar a la persona para que entienda las causas del problema, reduzca la crítica a sí mismo y se dé cuenta de que sí es posible romper, aunque sea difícil. El cliente debe entender que lo que está en juego es su auotestima, su capacidad de ser feliz y de dar un ejemplo sano a sus hijos, si los tiene.



Este puede ser un proceso largo y complejo, según cada persona y sus circunstancias. Hay que tener en cuenta la totalidad de la situación.En una próxima columna trataré de pasos a seguir y otras estrategias. •


dfernandez@herald.comLa autora es psicóloga clínica, especializada en relaciones, problemas de ansiedad, depresión y control de hábitos (305-461-5185).

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