martes, 25 de enero de 2011

EL "TERCER OJO"

Es la glándula pineal la estructura corporal que produce mayor cantidad de la hormona melatonina o 5-metoxi-N-acetiltriptamina (también la retina genera cantidades significativas). Concretamente se genera en los pinealocitos -es decir, en las células de dicha glándula- a partir de la serotonina que fabrican las enzimas de la pineal utilizando para ello un aminoácido, el triptófano, que no es sintetizado por el organismo y que obtenemos a través de la dieta (lo contienen especialmente los huevos, la leche, la carne, el pescado y los cereales integrales).
Pero, ¿qué es la glándula pineal y cuáles son sus funciones? Pues la también llamada epífisis -o tercer ojo para los monjes tibetanos- es un órgano secretorio del tamaño de un guisante que pesa ente 100 y 200 miligramos y que se sitúa en el techo del diencéfalo en la denominada fosa pineal, es decir, en el centro del cráneo. Se sabe de su existencia al menos desde el año 300 antes de Cristo cuando los médicos griegos Herófilo de Alejandría y Erasistrato la bautizaron de esa manera al observar su semejanza con una piña de pino. Más tarde René Descartes -ya en el siglo XVII- la calificó como el "asiento del alma" y se refería a ella como "el principio activador psíquico y somático". Y no andaba muy desencadenado el filósofo francés porque además de producir melatonina se sabe que la glándula pineal controla simultáneamente todos los centros neuroendocrinos del hipotálamo y, en consecuencia, todos los factores liberadores e inhibidores que hacen funcionar el organismo. Para que se comprenda mejor esta importante labor aclararemos que el hipotálamo es una glándula que se sitúa también en el diencéfalo -en este caso, en el suelo de la fosa pineal, a la que se considera centro integrador del sistema nervioso autónomo o vegetativo y regulador de la homeostasis o equilibrio dinámico del organismo.
Pues bien, además de realizar funciones fundamentales con tan diminuto tamaño la pineal es una glándula muy particular. Por ejemplo, resulta peculiar que presente variaciones de peso según la estación del año y el sexo. En glándulas pineales obtenidas de autopsias se ha observado que en el hombre alcanza su peso máximo en marzo y el mínimo en julio mientras que en la mujer el máximo se registra en enero y el mínimo en mayo. Por otro lado se ha comprobado en todas las especies estudiadas que esta glándula se activa y produce melatonina únicamente cuando no hay luz. De ahí que su producción sea alta por la noche -concretamente el pico de fabricación de esta hormona se ha establecido entre las 2 y las 3 de la madrugada- y prácticamente nula durante el día ya que la luz inhibe su síntesis.
Al menos así se ha podido constatar después de años de estudio de esta sustancia -la melatonina- que algunos tildan de "milagro químico" y a la que no se puso nombre hasta 1958. El mérito se le concede al dermatólogo y bioquímico estadounidense Aaron Lerner de la Universidad de Yale (EEUU) quien puso la etiqueta "melatonina" a la sustancia que cuarenta años antes los científicos McCord y Allen habían comprobado era capaz de clarear in vitro la piel de sapo. Pero fue Lerner quien -utilizando para ello los extractos biológicos obtenidos a partir de las glándulas pineales de 250.000 ovejas- consiguió aislar la hormona pineal, comprobar el efecto descrito por aquellos y denominar melatonina a la nueva sustancia de la que también comprobó que juega un papel importante en la secreción de la melanina, el pigmento responsable de la coloración de la piel.
El caso es que el hallazgo de Lerner provocó tal avalancha de investigaciones en torno a la melatonina que a principios de la década de los noventa del siglo pasado la prestigiosa New York Academy of Sciences (Academia de Ciencias de Nueva York) publicó un libro de ¡600 páginas! que recogía únicamente los resultados de los estudios más recientes y reveladores dejando fuera los datos de cientos de otros trabajos que estaban en fase muy inicial o que todavía eran meras hipótesis. Hoy ese libro tendría miles de páginas ya que sólo en la última década se ha publicado al menos un artículo de investigación sobre esta materia cada semana y con datos validados por observaciones repetidas en laboratorios de prestigio. De esta forma se han podido contrastar las propiedades que detallamos a continuación.

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