sábado, 19 de junio de 2010

Niños con Problemas de Conducta-Algunas técnicas

Fuente: http://psicologia.laguia2000.com/la-educacion/ninos-con-problemas-de-conducta-algunas-tecnicas




Una madre preocupada me consulta por los problemas de conductas de su hijo de seis años.




En casa es grosero, prepotente y obstinado. Contradice a sus padres a quienes insulta, les grita y les pega. Fuera de casa es caprichoso, agresivo y demandante. En el colegio ha bajado sus calificaciones, está distraído y pretende estar siempre jugando.



Supongo que debe ser hijo único o tal vez el más chico. De todos modos esta condición no justifica semejante conducta.



A los seis años un niño ya ha aprendido a saber qué le espera cuando hace algo malo. Es probable que sus padres hayan perdido el control de la situación y él los domine con sus berrinches.



A los niños hay que educarlos desde la cuna, pero cuando esto no se hace por algún motivo, sea el que fuera, requerirá más adelante mayor firmeza para recuperar el control y demostrarle quienes son los que ponen las reglas en la casa que deberá aprender a respetar y cumplir.



Las personas mayores en una sociedad, debemos cumplir con las leyes para poder convivir. En el hogar es lo mismo. Se deberán poner las reglas que deberán ser muy claras y precisas y las sanciones que se aplicarán si no se cumplen.



En primer lugar nadie debe gritar, principalmente los niños. Los padres también se tendrán que abstener de hablar a los gritos cuando pierden la paciencia.



En segundo lugar no podrá decir groserías y tendrá buen modo para hablar y los padres deberán hacer lo mismo.



No recibirá ningún regalo o gratificación que no haya merecido y sólo se harán obsequios para los cumpleaños, y para Navidad.



En la calle no deberá pedir nada porque no se le comprará nada, porque desde ahora no recibirá nada sin motivo que lo justifique.



No habrá insultos en la casa de ninguna clase y menos castigos físicos.



Cuando el niño esté en casa tendrá un tiempo para hacer la tarea, leer, o dibujar y otro tiempo para jugar.



El buen comportamiento será gratificado con cosas pequeñas, besos, abrazos, o permisos para ver televisión, u otra cosa que le guste y si no cumple las reglas habrá una sanción que se deberá cumplir con mucha firmeza.



Una gratificación puede ser un puntaje que se le adjudicará cuando haga lo correcto, de manera que al llegar a una determinada cifra pueda ser recompensado con algún premio o permiso.



La sanción no debe ser demasiado severa de manera que se pueda cumplir, como por ejemplo, permanecer sentado sin hablar hasta que se lo permitan y luego pedir disculpas.



Estas reglas deberán estar escritas y a la vista, lo mismo que las sanciones, para que no haya ninguna duda.



Frente a la primera trasgresión se le advertirá primero, diciéndole que no se le permitirá volver a hacer lo que hizo porque recibirá la sanción correspondiente. De manera que si lo vuelve a hacer hay que aplicársela de inmediato sin más vueltas.



Si llora y patalea los padres no deberán involucrarse con él en una pelea sino que tratarán de que se cumpla la sanción, sin gritos y volviéndolo a sentar si se levanta.



Perder la paciencia es perder una batalla que ganará él, perdiendo también todos los resultados obtenidos hasta ese momento.



Los padres deben formar un equipo y estar de acuerdo. Si se apoyan mutuamente el niño no podrá enfrentarlos a los dos y tendrá que aceptar lo que se le indique.



Esto es esencial, porque si el padre dice una cosa y la madre otra el niño aprovecha la división de opiniones para ganar.



Si los padres no se deciden a actuar ahora, cuando su hijo llegue a la adolescencia se atreverá a hacer aún cosas peores porque nunca ha tenido límites.



A los niños no hay que tenerles lástima por ser severo, hay que amarlos y la mejor demostración del amor de un padre es ocuparse de ellos poniéndoles límites y gratificándolos cuando hacen lo correcto.



Si los padres abandonan el rol los niños se dan cuenta y se toman las atribuciones que no les corresponden.



Recuperar el rol y el control de los niños es una tarea ineludible y absolutamente necesaria para evitar males mayores.

La Siesta en los Niños

Los trastornos de ansiedad, hiperactividad y fobias que sufren hoy en día con frecuencia los adultos suelen tener su origen en el modo de vida que han tenido siendo niños.




La vida moderna obliga en la actualidad a los padres a estar muchas horas fuera del hogar y los hijos pueden estar sometidos a las mismas exigencias.



La escuela de doble escolaridad, hacer la tarea, un deporte, un idioma, el dentista, el pediatra, los cumpleaños, y otras muchas ocupaciones que son comunes en esta época, pueden llevar a un niño a un estado de estrés; y cuando llegan a sus casas están tan cansados que a veces se duermen antes de cenar porque no dan más.



No tienen tiempo para no hacer nada o jugar y van adquiriendo el hábito de estar en permanente actividad como un modo de vida.



Los niños de padres que trabajan comienzan una rutina de obligaciones desde la guardería, algunos desde los 45 días y los más afortunados a los dos años el jardín.



Si están en casa, los niños que tienen cuatro o cinco años, que no están acostumbrados a dormir la siesta y están privados de este necesario descanso pueden evidenciar una disminución de su rendimiento psicosocial.



Los resultados de un estudio hecho en Seattle, USA, presentados por su autor, el Dr. Brian Crosby de la Universidad Estatal de Pennsylvania, en la reunión anual de expertos en sueño (Sleep 2009), refleja datos sobre los motivos por los cuales los niños no duermen siesta o por lo menos abandonaron ese hábito.



Algunos de ellos solamente dejaron de hacerlo naturalmente, otros debido a que la siesta interfería con su sueño nocturno, y el resto porque no tenía tiempo.



Esta investigación comparó el efecto que tenía en los niños que dormían siesta y los que no lo hacían y llegaron a la conclusión, que los que no lo hacían antes de la edad escolar, tenían más síntomas de hiperactividad, ansiedad y depresión.



Aunque puede existir el hecho que los que no dormían siesta ya fueran hiperactivos y ansiosos, es un índice que se debería tenerse en cuenta porque sin duda es un hábito que sirve para relajarse y despreocuparse y en consecuencia resultar de todos modos saludable.



Futuros estudios deberán considerar entonces la variable sobre la conducta anterior del niño para tener resultados más confiables; y observar además si los niños con problemas pueden mejorar con esta práctica.



Un descanso breve después del almuerzo indudablemente nos hace bien a todos, nos ayuda a renovar nuestra energía, a estar más atentos y dispuestos y a mejorar nuestro estado de ánimo.



Como alguien dijo alguna vez, dormir la siesta es como amanecer dos veces; porque sin necesidad de que sea demasiado prolongada, y no incidir demasiado en las nuestras obligaciones habituales, puede mejorar también el rendimiento del adulto, ya que tampoco está comprobado que interfiera en el buen dormir nocturno.



Porque el insomnio tiene como principal motivo la preocupación, el no poder dejar de pensar y engancharse con los problemas del día y con las obligaciones del día siguiente.



Una persona relajada no puede tener problemas para dormir ni para ninguna otra cosa. Son las exigencias a las que nos sometemos las que nos producen estrés, que nos afecta la salud y que hacen que no podamos luego conciliar el sueño.



Los niños empiezan desde muy chicos a condicionarse de esta forma, con obligaciones que trascienden su capacidad para enfrentarlas que los obliga a canalizarlas de una manera patológica.

El Dibujo de la Figura humana en niños-Primera Parte

Una de las técnicas más utilizadas por los psicólogos de niños es el dibujo, porque en los dibujos se encuentran los mensajes más significativos y elocuentes.




También es una técnica que se puede implementar para los adultos en situaciones de crisis emocionales o cambios.



Sólo se necesita un lápiz y un papel y puede ser un dibujo libre o se puede indicar que copien un modelo o bien proponer un tema específico. Pero lo que sin lugar a dudas suele ser muy interesante es el dibujo de la figura humana que muestra con mucha claridad las emociones, vivencias y actitudes del niño.



Esta técnica les resulta a los niños placentera porque a la mayoría les encanta dibujar y pintar.



Los niños dibujan todo tipo de cosas cuando la consigna es un dibujo libre pero lo más común es que dibujen personas.



Existen dos modos principales de evaluación de los dibujos, una forma es utilizando la técnica proyectiva donde se pueden detectar necesidades inconscientes, conflictos y características de personalidad; la otra manera de evaluarlo es considerarlo como un test evolutivo de maduración mental.



Por lo general se utilizan ambos enfoques con resultados muy valiosos y precisos.



Con respecto al grado de maduración mental, las investigaciones han dado como resultado distintos rangos de aparición de determinados ítems en los dibujos según la edad y el sexo.



Por ejemplo: en los varones de cinco años, los ítems que se espera que un niño dibuje son: cabeza, ojos, nariz, boca, cuerpo y piernas; los comunes: brazos, pies, dedos y cabello, los bastante comunes, brazos de dos dimensiones, piernas de dos dimensiones, brazos hacia abajo, cuello, manos, orejas, cejas y los excepcionales, pupilas, pies de dos dimensiones, 5 dedos, hombros, proporción, fosas nasales, perfil, codos, 2 labios y rodilla.



Es decir que cuanto más elaborado es el dibujo mayor maduración mental indica y cuanto más ítems estén ausentes nos está mostrando un atraso madurativo.



En cuanto a los indicadores emocionales, el sombreado de la cara es significativo para todos los niños entre cinco y doce años, que también se puede observar en pacientes clínicos, e indica generalmente descontento con uno mismo, ansiedad y angustia.



El sombreado del cuerpo y de las extremidades solamente es significativo cuando aparece en los dibujos de niñas después de los ocho años y después de los nueve en los varones y señala preocupación por las partes sombreadas.



El sombreado de manos y cuello es un indicador emocional válido hasta los 7 años en las niñas y los 8 en los varones. El sombreado del cuello puede indicar dificultad para controlar los impulsos.



La grosera asimetría de las extremidades puede estar asociado con la coordinación pobre, con la impulsividad o la confusión de la dominancia lateral. Se suele dar en niños de grados especiales.



La inclinación de la figura en 15º o más señala inestabilidad, un sistema nervioso inestable o una personalidad lábil que le falta una base firme.



La figura pequeña refleja extrema inseguridad, retraimiento y depresión y posiblemente sentimientos de inadecuación.



La figura demasiado grande se asocian con la expansividad, inmadurez y escasos controles internos.



Las transparencias también se asocian con inmadurez, impulsividad y conducta actuadora. Se puede afirmar que las transparencias en áreas específicas indican angustia, conflicto o miedo agudo principalmente con respecto a lo sexual, el nacimiento o la mutilación corporal.



La cabeza pequeña es signo de sentimientos intensos de inadecuación intelectual y los ojos bizcos señalan hostilidad, ira y rebeldía.



Los dientes son un indicador de agresividad y de dificultades para conectarse con las otras personas.



Los brazos pegados al cuerpo pueden reflejan un control interno bastante rígido y las manos grandes se relacionan con las conductas agresivas relacionadas con las manos, el robo o la agresividad.



Las manos ausentes muestran sentimientos de culpa, de niños que roban o que tienen bajo rendimiento escolar.



Las piernas juntas indican tensión en el niño y un rígido intento de controlar sus impulsos sexuales o temor de sufrir un ataque sexual.



El dibujo de los genitales debe ser considerada como un signo de una posible psicopatología seria que incluye angustia por el cuerpo y falta de control de impulsos.



Fuente: “El Dibujo de la figura humana en los niños” Elizabeth M. Koppitz, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, Argentina, año 1982



(continúa Segunda Parte)

El Dibujo de la Figura Humana en Niños-Segunda Parte

En los dibujos, los niños están expresándose a si mismos, ya que es una manifestación humana que refleja tanto la madurez mental infantil como las actitudes emocionales, así como también su contenido clínico.




Un dibujo puede estar expresando contento o agresividad, temor o ansiedad, curiosidad o necesidad, fantasías o experiencias vividas y puede tener muchos significados más. Lo importante es interpretar qué es lo que nos quieren decir los niños por medio de sus dibujos.



Para una evaluación clínica, Koppitz se basa en las siguientes características del dibujo:



Cómo dibuja el niño, o sea la manera de dibujar la figura humana, que nos estará diciendo cómo se siente interiormente y sus actitud hacia él mismo y a quién dibuja, que nos revela quién es la persona más significativa para él en ese momento, la que le interesa más o la que lo preocupa.



Machover sostiene que el sexo del dibujo de la figura humana puede revelar la identificación sexual del niño, aunque no indique necesariamente signos de homosexualidad en todos los casos.



Cuando los niños dibujan al examinador, este es un signo de falta de figuras significativas en la vida del niño, y nos está indicando baja autoestima y necesidad de atención y afecto.



Cuando se interpreta un dibujo es importante detectar la intención del niño. Es necesario que sea espontáneo y que la consigna sea la que corresponde sin ninguna modificación personal.



Por lo general, la cabeza es lo primero que se dibuja luego de la consigna, aquellos niños que la dibujen al final pueden tener dificultades para relacionarse con los demás.



Vivir no es fácil, incluso para los niños. Aunque vivan dentro de un grupo familiar sin problemas relevantes, siempre tendrán que enfrentar situaciones de tensión en forma cotidiana y el modo en que lo hagan irá conformando la estructura y la fortaleza de su carácter.



Los dibujos pueden expresar las actitudes vacilantes frente a los problemas de la vida, o la huida frente a las dificultades, los acontecimientos significativos, las vivencias felices, las reacciones con la llegada de un hermanito, la desilusión y el resentimiento, la pérdida de la posición privilegiada de hijo único, la separación de los padres, la preocupación por el aspecto físico y el esquema corporal, por la obesidad, por el color de la piel, por las discapacidades específicas, por el rendimiento escolar, por la conducta, por la masturbación y actividades sexuales, por el robo, por ser diferente en algún aspecto, o por ser extranjero.



Los niños que dibujan a su familia expresan las actitudes hacia ella. Es importante evaluar si dibuja a todos los integrantes del grupo familiar, dónde están ubicados con respecto a los demás y si se dibuja a él mismo.



El tamaño de la figura de cada uno también es importante. Evaluar si dibuja al padre y a la madre juntos, cómo es el tamaño proporcional de cada uno, quién está al lado del padre y de la madre, a quien dibuja primero y último y en qué lugar de la hoja hace el dibujo.



El dibujo también es una técnica terapéutica porque principalmente es un canal de expresión de los conflictos que alivia las ansiedades.



Los dibujos son más significativos cuando aún no está desarrollado del todo el aprendizaje de la escritura, posteriormente, a medida que se va adquiriendo una mayor destreza, los dibujos comienzan a ser más convencionales con menos posibilidades para el diagnóstico, aunque siempre a lo largo de la vida los dibujos serán una expresión de la interioridad del sujeto.



“El Dibujo de la figura humana en los niños”, Elizabeth M. Koppitz, Biblioteca Pedagógica, Ed. Guadalupe, Buenos Aires, Argentina, 1982.

Bebés que lloran demasiado

¿Por qué llora un bebé y nada lo consuela?; es la pregunta que todos los padres se hacen cuando ya intentaron todo para tranquilizarlo.




El llanto de un bebé puede tener muchas causas, pero lo que si es seguro es que está requiriendo atención porque por alguna razón está molesto.



Los bebés tranquilos que casi no lloran son los que se sienten cómodos, están rodeados de personas calmas, en un ambiente donde no hay tensiones ni gritos.



Es difícil hoy en día vivir en un ambiente libre de estrés, pero existen recursos que pueden devolver la paz y la tranquilidad a una familia con un bebé.



La aromaterapia ofrece una gama de aceites esenciales que tienen propiedades relajantes. También los masajes suaves tranquilizan a los bebés que disfrutan mucho del contacto físico; y la música suave o el canto, también ayudan a calmarlo.



A través de la red de Internet los padres primerizos se pueden conectar con grupos de padres en la misma etapa o que ya la han superado, para consultar sobre los problemas comunes que los pueden estar afectando de la misma forma y compartir de ese modo las mismas soluciones.



A veces, lo que necesita un bebé es salir del espacio hogareño limitado por las cuatro paredes que lo pueden estar agobiando, porque los bebés se aburren como los adultos; y como ellos, necesitan variación de estímulos, de modo que un breve paseo por los alrededores en el cochecito puede hacer milagros.



Lo peor que puede ocurrirle a un padre o a una madre es perder los estribos y ponerse a gritar; porque esta conducta hace que el bebé se altere mucho más. Para estos casos es eficaz un te de tilo, para tranquilizar a los padres cuando el bebé llora sin parar.



Los bebés son como esponjas, porque absorben todas las emociones que expresan los adultos que lo rodean y tienden a sentirse del mismo modo.



El llanto es la única herramienta que tiene un bebé para comunicarse y casi siempre indica incomodidad. Probar distintas alternativas para calmarlo es útil no sólo para atender sus reclamos sino también para desarrollar la intención del entendimiento mutuo.



Es importante considerar al bebé y tratarlo como una persona desde el primer momento, demostrándole que tenemos en cuenta su presencia, saludándolo, hablándole, contándole cosas, dándole su lugar, haciéndole gestos y brindándole caricias, y dándole importancia a sus avances y manifestaciones espontáneas.



Un bebé debe recibir demostraciones de afecto, debe ser abrazado frecuentemente y tranquilizado cuando se altera, tratando de transmitirle el mismo estado emocional calmado que deseamos en él.



Los espacios verdes, la luz indirecta del sol, los árboles, las plantas y el césped, son tranquilizadores y favorecen el buen estado anímico de un bebé, que después de ese paseo vuelve al hogar relajado y muchas veces dormido.



La peor hora para los bebés es la puesta de sol, que es cuando se ponen imposibles, que es la hora ideal para el baño.



Siempre serán más eficaces pocos minutos de entera dedicación que tratar de aguantarlos mucho tiempo, porque los bebés nos sorprenden actuando diferente a nuestras peores expectativas.



Lo mejor es ser espontáneo y encarar los malos ratos con buena onda, riendo y manteniendo alto el espíritu, porque a los chicos como a los grandes lo que más les importa es que se les presten la debida atención.



Los primeros 18 meses de vida, los cerebros de los bebés son como computadoras en blanco que registran toda la información, y desarrollan conexiones neuronales sólidas a niveles profundos que pueden condicionar o beneficiar su futuro.



Un bebé absorbe palabras, emociones, conductas, actitudes, intenciones, percepciones de toda índole, o sea, todo tipo de información de las cosas que lo rodean y de las personas, y las conserva para siempre a nivel consciente e inconsciente.



El contacto físico es lo que garantiza a un bebé contención y seguridad, lo hace sentir sostenido, amado y acompañado, lo ayuda a relajarse y a dormir.



Más información: “101 Maneras de calmar a un bebé”, Marcela Osa, Ed.Grijalbo, Buenos Aires, 2006.

Cerebros Superdotados

Los científicos se cuestionan sobre las diferencias que pueden existir entre el funcionamiento del cerebro de una persona superdotada y el de otro individuo común; y los neurólogos tratan de investigar la relación entre la capacidad intelectual y los procesos cerebrales. Los estudios realizados hasta ahora no han podido desentrañar del todo este misterio; sólo circunstancias de lesiones o traumas severos del encéfalo han podido aportar alguna claridad en el oscuro camino de este conocimiento.




Los procesos del pensamiento son señales neuronales, por lo tanto las diferencias intelectuales individuales deberían relacionarse con estas señales.



Una mente brillante tiene una mayor capacidad de rendimiento y utiliza su inteligencia en forma más eficaz.



Werner Krause, está abocado a esta investigación en la Universidad de Jena, y ha llegado a la conclusión que las personas especialmente dotadas con facultades mentales extraordinarias muestran una habilidad natural para desempeñarse, capacidad de síntesis para captar lo esencial de un problema, flexibilidad de criterio, se adaptan a los obstáculos y pueden aprovechar al máximo su capacidad de memoria.



Observó entre otras cosas que llegaban a la solución de los problemas por el camino más corto y más rápido, rendían más en menos tiempo y empleaban menos esfuerzos.



Para Edward Millar de la Universidad de Nueva Orleáns, las neuronas de las mentes sobresalientes consiguen una mayor mielinización, ya que es la mielina la que aumenta la velocidad de las señales neuronales.



En la década de los noventa, Norbert Jansovec, de la Universidad eslovenia de Maribor, pudo comprobar mediante EEG que las personas con habilidades intelectuales extraordinarias mostraban señales de una mayor potencia neuronal y signos de menor esfuerzo cuando trataban de resolver un problema.



Según las investigaciones realizadas por Norman Gesohwind y Albert Galaburda, los superdotados usan principalmente la parte derecha de sus cerebros y su actividad mental es más alta que la del grupo normal cuando realizan una tarea.



La tomografía por resonancia magnética ha probado que las estructuras cerebrales pueden engrosar su tamaño por medio de la ejercitación intensiva.



Pamela Shaw del Instituto Nacional de Salud Mental de Bethesda, estudió el desarrollo cerebral de trescientos niños precoces durante el desarrollo y llegó a la conclusión que comienzan teniendo una corteza cerebral más fina que la media, pero luego ésta crece velozmente y al llegar a la pubertad adquiere mayor grosor que la del grupo control.



Lo que más interesa es el modo y cuándo utiliza el cerebro sus neuronas. La dificultad de las tareas es una condición para su funcionamiento, ya que a mayor complejidad las estructuras de los lóbulos frontal y temporal de los dos hemisferios se combinan para trabajar juntas, y los superdotados parecen establecer esa red en forma más intensa.



Otros estudios obtuvieron resultados semejantes mostrando también que al estimular el cerebro de las mentes privilegiadas se mostraban más activos que el de las personas comunes.



Resumiendo, la mayor parte de los estudios realizados coinciden en que el nivel más alto de rendimiento cognitivo requiere de un volumen mayor de ciertas zonas cerebrales, especialmente de las derechas, que pueden lograr mayor actividad.



Por lo tanto, una alta eficiencia exige una mayor masa y una actividad del cerebro aumentada.



Es evidente que los superdotados poseen facilidad para hacer ciertas cosas y no otras y que luego de un entrenamiento intensivo aumentan su rendimiento con respecto a los demás, aunque también hay que tener en cuenta en este proceso las motivaciones personales, las influencias sociales y los factores genéticos.



Fuente: “Revista Investigación y Ciencia” Mente y Cerebro, Ed. Prensa Científica S.A., Barcelona, 2009

jueves, 17 de junio de 2010

Su niña aprende ritmos bailando con usted

A los niños les gusta hacer cosas con


sus padres como moverse al ritmo de

la música y bailar. Ponga algo de

música.

􀀀 Enséñele a su niña a bailar una

canción alegre. Bailen con música

rápida y lenta.

􀀀 Tómense de las manos y bailen

juntos. Aplaudan al compás de la

música o usen cucharas de

madera o hagan ruidos agradables

pegándole a algo.

􀀀 Enséñele a su pequeña cómo

mantener el ritmo y jueguen al

ritmo de la música.

A los niños les gusta la música que

escuchan al ir creciendo. Ponga

diferentes tipos de música y su

niña probablemente crecerá

disfrutando diferentes

tipos de música.

Use cartones de leche como

bloques para enseñarle a su niño

las formas y tamaños.

5

Reduzca el sodio para prevenir alta presión sanguínea.

Mucha sal puede ocasionar alta presión en la sangre y otros


problemas de salud como enfermedades del corazón e

infartos. ¿Sabía usted que es importante controlar la

cantidad de sal que su niño consume?

Aun a los 19 ó 20 meses de edad, muchos niños están ya

consumiendo demasiada sal. Los niños pequeños que

ingieren altas cantidades de sal desarrollan una preferencia

por alimentos salados, y dejar el hábito de la sal les podría ser

más difícil en el futuro.

Cada día hay niños más y más pequeños que están siendo

diagnosticados con alta presión en la sangre. ¡Los buenos

hábitos alimenticios que se fomenten ahora le durarán toda la

vida!

Estos son algunos consejos para reducir la cantidad de sal que

su niño y el resto de su familia consume:

􀀀 Hágalo poco a poco. No tiene que ir de mucha sal a sin

sal de un día para otro. Reduzca la cantidad de sal que le

agrega a sus alimentos. No le agregue sal al agua cuando

vaya a cocer la pasta o cereal caliente. Añada la mitad de la

sal que le indican en las recetas.

􀀀 Coma fuera de casa lo menos posible. Usted tiene más

control sobre la cantidad de sal, azúcar y grasa que

contiene su comida si usted la prepara en casa. En lugar

de ordenar algo a domicilio o salir a comprar comida

rápida, elija algo sencillo y rápido que usted pueda

preparar en casa (como un sándwich).
 
A los niños pequeños les gustan los alimentos sin sabor. A


la mayoría de los niños no les gustan los sabores fuertes,

incluyendo la sal —a menos que la hayan probado con

frecuencia. Su niño pudiera ser feliz comiendo alimentos

simples —como pollo cocido con papas y zanahorias al

vapor —sin que se le tengan que agregar especias o sal.

􀀀 Lea las etiquetas e información nutricional. Los paquetes

de alimentos indican la cantidad de sal o sodio que

contiene ese alimento. La próxima vez que vaya al

supermercado, revise la cantidad de sodio en los

productos que compra. Busque sopas o verduras bajas

en sodio o sin sodio.

􀀀 Compre verduras frescas o congeladas sin sal. Las

verduras en lata contienen mucha sal. Lea el reverso de

los paquetes de comida congelada para asegurarse

que no contienen sal adicional.

􀀀 Enjuague los alimentos que vienen en lata. Enjuague los

frijoles o verduras bajo un chorro de agua por un minuto y

después cocínelos en agua fresca. Enjuagar los alimentos

enlatados reducirá la cantidad de sodio.

􀀀 Sea un buen ejemplo. Pruebe su comida antes de

agregarle sal. Reduzca la cantidad de sal que le pone a

sus alimentos en la mesa y, si puede, quite el salero de la

mesa. Recuerde que su niño aprenderá sobre la sal

observándolo(a) a usted.

lunes, 14 de junio de 2010

Memorización fosfenica

Autor: Gustavo Fernández
 
Los métodos de memorización valiéndonos de fosfenos son sumamente sencillos.




Pongamos, por ejemplo, que debemos ingresar a nuestro álbum de recuerdos el párrafo de un libro.



Pues bien, sentados en una habitación en penumbras, contando con una sola fuente de luz, leeremos atentamente una vez el texto. Miraremos la luz, repitiendo en voz baja el concepto a fijar. Cerraremos los ojos, elaboraremos la imagen fosfénica y, una vez que la tenemos focalizada, repetiremos ese mismo concepto con la actitud propia de incorporar los términos a la imagen fosfénica que estamos observando. Luego, continuaremos normalmente nuestra lectura.



Cuando necesitemos reflotar esa información, bastará que observemos cualquier fuente de luz (el Sol, una lámpara) y sin necesidad de elaborar nuevamente la imagen fosfénica los datos aflorarán a nuestro conciente. Una precaución: nunca debemos incorporar más de un concepto en cada imagen fosfénica. Para ello, debemos aislar convenientemente el tema que nos interesa, antes de pasar al punto siguiente y, por otra parte, debemos practicar asiduamente la elaboración de imágenes fosfénicas para que éstas sean ejecutadas con claridad y precisión en el momento de requerirse, y no desperdiciar tiempo precioso buscando el color, tono y forma deseados.

jueves, 10 de junio de 2010

Efectos negativos del pensamiento positivo

Fuente  http://lacomunidad.elpais.com/apuntes-cientificos-desde-el-mit/category/cerebro-y-comportamiento
Visualizad un saltador de altura en un estadio abarrotado de público instantes antes de intentar superar su mejor marca personal.

Escuchad las palabras que se repiten dentro de su mente: “venga! venga! yo puedo hacerlo!”, “soy el mejor!”, “estoy preparado! éste es mi momento!”…

Quién sabe cómo, pero estos mensajes harán que sus músculos y coordinación respondan mejor que si piensa: “uff! Qué alto está estooooo….”, o “a ver, sé racional… si nunca has superado esta altura, qué te hace pensar que vas a hacerlo ahora? Tú tranquilo, inténtalo, pero mejor no te hagas muchas ilusiones…”

Si fueras su entrenador, sin duda le gritarías mensajes positivos del primer estilo.



Ahora imaginemos un adolescente cuyo sueño es ser futbolista profesional y está dispuesto a entrenar lo que haga falta, e incluso sacrificar sus estudios si es necesario. Pero resulta que es un poco patata. ¿Le animaríais diciéndole que es el mejor, que querer es poder, y que algún día ganará un mundial con la selección española? Obvio que no le pondríais el listón tan alto.



Pongamos un ejemplo intermedio, y que puede ser extrapolado a nuestras ambiciones profesionales, búsqueda de pareja, conseguir un mejor aspecto físico, o cualquiera de los retos a los que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana:

Vuestro hijo va a jugar un partido de tenis contra un rival que es mucho mejor que él. Sus posibilidades de ganar son mínimas, pero sin duda existen. ¿qué le decís? ¿hacéis caso de los psicólogos defensores de “el poder del pensamiento positivo”, y le espoleáis diciéndole que puede ganar, que él es tan bueno como su contrincante, que va a conseguirlo… o cualquier otro mensaje positivo que aumente su estado de ánimo?

En serio, qué haríais? ¿pensáis que esta es la mejor estrategia para mejorar su confianza?



Según una investigación reciente de científicos canadienses, depende. ¿y de qué depende?

Del color con que se mire todo.... No! Del nivel de autoestima de vuestro hijo.

A las personas con autoestima alta el pensamiento positivo efectivamente les refuerza y causa un efecto favorable. Pero a las que tienen baja autoestima, al contrario de lo que aseguran la mayoría de libros de autoayuda, puede hacer más mal que bien.



El experimento que sustenta esta hipótesis es muy sencillo (quizás demasiado), y aparece publicado en el artículo “Pensamiento positivo: poder para unos y peligro para otros ”:



Los psicólogos autores del estudio pasaron primero el test Rosenberg de autoestima a un grupo de voluntarios, y seleccionaron a los que puntuaron dentro del tercio más alto de la escala de autoestima, y a los que estaban en el tercio más bajo.

Luego, a los 68 hombres y mujeres elegidos les pidieron que estuvieran varios minutos escribiendo en un papel las reflexiones y sentimientos que les pasaran por la cabeza. A la mitad de todos ellos –tanto los de autoestima alta como baja- les solicitaron que cada vez que oyeran una campanilla, se concentraran y repitieran para sí mismos de manera bien convencidia: “soy una persona encantadora”.

Una vez terminada esta parte del experimento, a todos les hicieron preguntas tipo “valora de 1 a 35 cuál es la posibilidad de que alguien de 30 años tenga una relación romántica feliz”, con el objetivo de medir su estado de ánimo.



Los resultados dan que pensar:

Dentro del grupo con autoestima alta, aquellos que habían repetido varias veces el mensaje positivo “soy una persona encantadora” puntuaron de media 31, por 25 los que no habían repetido la frase. Su estado de ánimo mejoró.

Sin embargo, en las personas con autoestima baja, los que se veían forzados a autoanimarse puntuaron 10 en el indicador de estado de ánimo, por 17 los que no tuvieron que repetir algo que en el fondo no pensaban. La frase tuvo un efecto negativo.



La conclusión general es que el pensamiento positivo no tiene porqué resultar positivo para todo el mundo.

Si bien a algunos les ayuda, a otros puede crearlos un cierto tipo de conflicto, de sensación de autoengaño, de resistencia, de comparación odiosa con un ideal que saben no pueden alcanzar, y reforzar la percepción negativa sobre uno mismo.



Es decir, si tu hijo sabe bien que su rival es muchísimo mejor tenista que él, decirle “ánimo que vas a ganar! Tú eres más bueno que él!”, en algunos casos puede motivarle, pero en otros ser contraproducente. Mejor dejarle jugar tranquilo y sin presión.



Conclusión dos: Lo mismo ocurre en muchos aspectos de nuestras vidas. si eres un winner emprendedor, seguro de ti mismo, convencido que the sky is the limit, y ansioso de conseguir la felicidad siendo el number one o ganando millones de dólares al año, cómprate uno de esos libros que te ayudarán a conocerte peor (perdón… a sacar lo mejor de ti…) , pero si tu autoestima está por los suelos por el motivo que sea, el típico libro de autoayuda diciéndote lo maravilloso que en realidad eres, las metas profesionales que puedes conseguir, o que de ti depende tener la silueta de tal actriz fabulosa, cuidado que quizás te llegue a perjudicar...