sábado, 15 de enero de 2011

BASES BIOLOGICAS DE LA INTELIGENCIA

El cerebro de la gente inteligente tiende a desarrollarse a una tasa diferente que los demás, indica un estudio en Estados Unidos.

Se pensaba que la base de la inteligencia era la cantidad de materia gris en el cerebro.
Pero según la investigación, publicada en la revista Nature, la gente es más inteligente porque su cerebro se ha desarrollado de forma diferente.

La investigación sugiere que los niños más inteligentes no son más listos solamente porque tienen más o menos materia gris en cualquier etapa de su vida.

El coeficiente intelectual, dicen, está relacionado con la dinámica de la maduración de la corteza cerebral.

Pero tal como dijo a BBC Mundo el doctor Luciano Basauri, neurocirujano del Centro de Exploración del Cerebro en Chile, "no se debe asumir que la masa de la corteza es el único factor que influye en la inteligencia".

"El entrenamiento precoz también tiene mucho que ver en el desarrollo del cerebro", señala el experto "así que no hay una sola causa-efecto de la inteligencia".

Engrosamiento

El estudio, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, utilizó escáneres para estudiar el desarrollo de la corteza cerebral en 307 niños.

La corteza es la capa más superficial del cerebro que contiene la materia gris y que es responsable del pensamiento.

Los investigadores descubrieron que los niños más listos tenían una corteza más delgada a los 7 años de edad, pero ésta tendía a engrosar rápidamente para cuando cumplían 12 años.

Los niños de inteligencia promedio tenían inicialmente una corteza gruesa que dejaba de aumentar de espesor a los ocho años.

En ambos casos, la corteza adelgazaba después de alcanzar su espesor final.
Pero ese crecimiento era más gradual en los niños con coeficiente intelectual (CI) promedio ya que la corteza alcanzaba su espesor final a una edad más temprana.

Los investigadores creen que el período de engrosamiento más extendido durante los primeros años de vida podría dar al cerebro más tiempo para desarrollar una red de circuitos cerebrales de pensamiento de alto nivel.

Y el rápido adelgazamiento de la corteza posteriormente podría deberse a que las conexiones neurales no usadas se marchitan a medida que el cerebro da prioridad a sus operaciones.

"Estudios del cerebro nos han enseñado que la gente con más alto CI, no tienen cerebros más grandes", señala uno de los investigadores, el doctor Elías Zerhouni.

"Gracias a la tecnología computarizada para obtener imágenes del cerebro, ahora podemos ver que la diferencia podría estar en la forma como se desarrolla el cerebro", indica.

Pero según el doctor Luciano Basauri, del Centro de Exploración del Cerebro, "el grosor de la corteza probablemente puede indicar un mayor número de neuronas, pero en la corteza también hay una serie de tejidos que no tienen potencial de entrenamiento".

"Este estudio está hablando de la masa y el grosor de la corteza, pero no analiza la funcionalidad de los tejidos, la cual es algo que también debe tomarse en cuenta", señala el experto.

Estímulo precoz

Los investigadores estadounidenses están ahora buscando las variaciones genéticas que podrían estar relacionadas a las diferentes tasas de maduración del cerebro.

El estímulo precoz y la interacción del medio ambiente son fundamentales en el desarrollo del cerebro.

Hasta ahora se pensaba que las variaciones en la inteligencia general podían depender en gran medida en las diferencias genéticas.
Pero los expertos advierten que es peligroso asumir que los cambios por el desarrollo de la estructura cerebral están determinados por los genes del individuo.

Se debe tener cuidado con esa conclusión, señala Luciano Basauri.

"El estímulo precoz y la interacción del medio ambiente son fundamentales en el desarrollo del cerebro", dice.

"Y la prueba está en los países que tienen un buen sistema de educación diferenciada y entrenamiento cerebral, donde los promedios de CI son mayores que donde existe un sistema de educación indiferenciada", concluye el neurocirujano.


Einstein: un cerebro muy estudiado

Ser sabio también tiene su precio. En el caso de Albert Einstein, éste fue el corte de más de 240 pequeñas porciones de su cerebro.

Uno de los cerebros más estudiados de la historia, el del físico alemán, tiene varias particularidades según encontraron científicos de la Universidad de McMaster, en Ontario, Canadá.

Al comparársele con el cerebro de 35 hombres más y el de 56 mujeres, se encontró que Einstein contaba con un tamaño de la región responsable del pensamiento matemático y de las habilidades viso espaciales, 15 por ciento mayor a la del promedio humano. Además, Einstein carecía de un hueco que normalmente se encuentra en esa área.

¿Qué significa esto?

Los científicos sugieren que esto podría haber permitido que sus neuronas se comunicaran mucho más fácilmente.

"Esta anatomía inusual del cerebro podría explicar por qué Einstein pensaba en la manera como lo hacía", explica Sandra Witelson, profesora que lideró la investigación en la publicación médica británica Lancet.

El cerebro de Einstein, pesaba solo 1,230 gramos, menor al del promedio de un cerebro masculino adulto de alrededor de 1,400 gramos.

Esto hacía posible que Einstein tuviera una mayor acumulación de células por neurona, como Marian Diamond, académica de la Universidad de California en Berkeley, reportó en el diario Experimental Neurology.

Sin embargo, a pesar de estas conclusiones, el mejor secreto de Einstein, está aún guardado.

Mark Lythgoe, doctor de la University College London, quien lideró un proyecto de reconstrucción animada del cerebro de Einstein para la televisión británica, asegura que nadie ha podido todavía dar una explicación de lo que hacía de Einstein uno de los mayores genios que ha arrojado el mundo de las ciencias.


El cerebro super sociable

Un equipo de investigadores identificó qué es lo que sucede en el cerebro de la gente que actúa de forma "excesivamente sociable".

El estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, analizó las diferencias que se encuentran en el cerebro de la gente que sufre un raro trastorno genético llamado síndrome de Williams.

Según los investigadores, esta es la primera vez que se logran identificar trastornos funcionales en una parte del cerebro asociada a la conducta social.

Tal como dijo a BBC Mundo una experta en genética, si se confirma, esta investigación podría ser una herramienta muy importante para el entendimiento de otros desórdenes genéticos como el autismo.

Rara

El síndrome de Williams, que se produce por la ausencia de una porción de uno de los cromosomas 7, ocurre según los expertos en 1 de cada 20.000 nacimientos.

Además de ciertas discapacidades físicas, estos pacientes "tienen una personalidad muy particular, son muy joviales, alegres y comunicativos" dice la doctora Marina Gutiérrez, especialista en genética médica y asesora de la Asociación Argentina de Síndrome de Williams.

El paciente carece de temores a lo desconocido, lo cual lo hace actuar de forma impulsiva en situaciones sociales, incluso con extraños.

Pero esta conducta a menudo se acompaña de una excesiva ansiedad no relacionada a lo social, como miedo a las alturas o a los insectos.

Asustadizo

El equipo estadounidense se concentró en la amígdala, una estructura de forma de almendra localizada en el fondo del cerebro, que se cree regula la conducta social.

Utilizando un escáner de imágenes funcionales de resonancia magnética, el equipo estudió los cerebros de 13 voluntarios sanos y 13 que padecían el síndrome de Williams.

A todos se les mostraron fotografías de rostros enojados o de espanto.

En los cerebros sanos, ver esas imágenes provocó una firme respuesta en la amígdala.

Pero el escáner mostró mucho menos actividad en los cerebros de la gente con síndrome de Williams.

Posteriormente se mostró a los participantes imágenes de escenas amenazantes, como un accidente de aviación, pero en éstas no se veía gente ni rostros.

La respuesta de la amígdala resultó ser anormalmente alta en los participantes con síndrome de Williams.

Tratamientos futuros

Estudios como éste podrían ser una herramienta eficaz en la identificación de las zonas del cerebro asociadas con conductas sociales que causan los trastornos genéticos.

Los investigadores subrayan que la interacción social es básica para la experiencia humana y el bienestar del individuo, y las enfermedades psiquiátricas tienen un impacto negativo en éstas.

Estudios como éste, subraya la doctora Marina Gutiérrez, podrían ser una herramienta eficaz en la identificación de las zonas del cerebro asociadas con el tipo de conductas sociales que causan los trastornos genéticos.

"Como muchas enfermedades genéticas todavía estamos en la etapa diagnóstica, pero no tenemos cura", dice la especialista.

"Habría que confirmar los resultados con nuevos estudios", agrega, "pero en algunas patologías, como el autismo, que es todo lo contrario a este síndrome, estas investigaciones podrían brindar una alternativa para terapéuticas futuras".

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