Mucha sal puede ocasionar alta presión en la sangre y otros
problemas de salud como enfermedades del corazón e
infartos. ¿Sabía usted que es importante controlar la
cantidad de sal que su niño consume?
Aun a los 19 ó 20 meses de edad, muchos niños están ya
consumiendo demasiada sal. Los niños pequeños que
ingieren altas cantidades de sal desarrollan una preferencia
por alimentos salados, y dejar el hábito de la sal les podría ser
más difícil en el futuro.
Cada día hay niños más y más pequeños que están siendo
diagnosticados con alta presión en la sangre. ¡Los buenos
hábitos alimenticios que se fomenten ahora le durarán toda la
vida!
Estos son algunos consejos para reducir la cantidad de sal que
su niño y el resto de su familia consume:
Hágalo poco a poco. No tiene que ir de mucha sal a sin
sal de un día para otro. Reduzca la cantidad de sal que le
agrega a sus alimentos. No le agregue sal al agua cuando
vaya a cocer la pasta o cereal caliente. Añada la mitad de la
sal que le indican en las recetas.
Coma fuera de casa lo menos posible. Usted tiene más
control sobre la cantidad de sal, azúcar y grasa que
contiene su comida si usted la prepara en casa. En lugar
de ordenar algo a domicilio o salir a comprar comida
rápida, elija algo sencillo y rápido que usted pueda
preparar en casa (como un sándwich).
A los niños pequeños les gustan los alimentos sin sabor. A
la mayoría de los niños no les gustan los sabores fuertes,
incluyendo la sal —a menos que la hayan probado con
frecuencia. Su niño pudiera ser feliz comiendo alimentos
simples —como pollo cocido con papas y zanahorias al
vapor —sin que se le tengan que agregar especias o sal.
Lea las etiquetas e información nutricional. Los paquetes
de alimentos indican la cantidad de sal o sodio que
contiene ese alimento. La próxima vez que vaya al
supermercado, revise la cantidad de sodio en los
productos que compra. Busque sopas o verduras bajas
en sodio o sin sodio.
Compre verduras frescas o congeladas sin sal. Las
verduras en lata contienen mucha sal. Lea el reverso de
los paquetes de comida congelada para asegurarse
que no contienen sal adicional.
Enjuague los alimentos que vienen en lata. Enjuague los
frijoles o verduras bajo un chorro de agua por un minuto y
después cocínelos en agua fresca. Enjuagar los alimentos
enlatados reducirá la cantidad de sodio.
Sea un buen ejemplo. Pruebe su comida antes de
agregarle sal. Reduzca la cantidad de sal que le pone a
sus alimentos en la mesa y, si puede, quite el salero de la
mesa. Recuerde que su niño aprenderá sobre la sal
observándolo(a) a usted.
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